¿Robará el hombre á Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias. Malaquías 3.8
Leitura diária na versão Rayana Valera - Espanhol


Ezequiel 1
Ezequiel 2
Juan 18.28->
Juan 19.1-16

Ezequiel 1


1
Y FUÉ que á los treinta años, en el mes cuarto, á cinco del mes, estando yo en medio de los trasportados junto al río de Chebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.
2
A los cinco del mes, que fué en el quinto año de la transmigración del rey Joachîn,
3
Fué palabra de Jehová á Ezequiel sacerdote, hijo de Buzi, en la tierra de los Caldeos, junto al río de Chebar fué allí sobre él la mano de Jehová.
4
Y miré, y he aquí un viento tempestuoso venía del aquilón, una gran nube, con un fuego envolvente, y en derredor suyo un resplandor, y en medio del fuego una cosa que parecía como de ámbar,
5
Y en medio de ella, figura de cuatro animales. Y este era su parecer había en ellos semejanza de hombre.
6
Y cada uno tenía cuatro rostros, y cuatro alas.
7
Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como la planta de pie de becerro y centelleaban á manera de bronce muy bruñido.
8
Y debajo de sus alas, á sus cuatro lados, tenían manos de hombre y sus rostros y sus alas por los cuatro lados.
9
Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban cada uno caminaba en derecho de su rostro.
10
Y la figura de sus rostros era rostro de hombre y rostro de león á la parte derecha en los cuatro y á la izquierda rostro de buey en los cuatro asimismo había en los cuatro rostro de águila.
11
Tales eran sus rostros y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban y las otras dos cubrían sus cuerpos.
12
Y cada uno caminaba en derecho de su rostro: hacia donde el espíritu era que anduviesen, andaban cuando andaban, no se volvían.
13
Cuanto á la semejanza de los animales, su parecer era como de carbones de fuego encendidos, como parecer de hachones encendidos: discurría entre los animales y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.
14
Y los animales corrían y tornaban á semejanza de relámpagos.
15
Y estando yo mirando los animales, he aquí una rueda en la tierra junto á los animales, á sus cuatro caras.
16
Y el parecer de las ruedas y su obra semejábase al color del topacio. Y las cuatro tenían una misma semejanza: su apariencia y su obra como rueda en medio de rueda.
17
Cuando andaban, se movían sobre sus cuatro costados: no se volvían cuando andaban.
18
Y sus cercos eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en las cuatro.
19
Y cuando los animales andaban, las ruedas andaban junto á ellos: y cuando los animales se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban.
20
Hacia donde el espíritu era que anduviesen, andaban hacia donde era el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos porque el espíritu de los animales estaba en las ruedas.
21
Cuando ellos andaban, andaban ellas y cuando ellos se paraban, se paraban ellas asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos porque el espíritu de los animales estaba en las ruedas.
22
Y sobre las cabezas de cada animal aparecía expansión á manera de cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas.
23
Y debajo de la expansión estaban las alas de ellos derechas la una á la otra á cada uno dos, y otras dos con que se cubrían sus cuerpos.
24
Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como la voz de un ejército. Cuando se paraban, aflojaban sus alas.
25
Y cuando se paraban y aflojaban sus alas, oíase voz de arriba de la expansión que había sobre sus cabezas.
26
Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas, veíase la figura de un trono y que parecía de piedra de zafiro y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él.
27
Y vi apariencia como de ámbar, como apariencia de fuego dentro de ella en contorno, por el aspecto de sus lomos para arriba y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor.
28
Cual parece el arco del cielo que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fué la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y luego que yo la hube visto, caí sobre mi rostro, y oí voz de uno que hablaba.

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Ezequiel 2


1
Y DIJOME: Hijo del hombre, está sobre tus pies, y hablaré contigo.
2
Y entró espíritu en mí luego que me habló, y afirmóme sobre mis pies, y oía al que me hablaba.
3
Y díjome: Hijo del hombre, yo te envío á los hijos de Israel, á gentes rebeldes que se rebelaron contra mí: ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.
4
Yo pues te envío á hijos de duro rostro y de empedernido corazón y les dirás: Así ha dicho el Señor Jehová.
5
Acaso ellos escuchen y si no escucharen, (porque son una rebelde familia,) siempre conocerán que hubo profeta entre ellos.
6
Y tú, hijo del hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinas, y tú moras con escorpiones: no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.
7
Les hablarás pues mis palabras, escuchen ó dejen de escuchar porque son muy rebeldes.
8
Mas tú, hijo del hombre, oye lo que yo te hablo no seas tú rebelde como la casa rebelde: abre tu boca, y come lo que yo te doy.
9
Y miré, y he aquí una mano me fué enviada, y en ella había un rollo de libro.
10
Y extendiólo delante de mí, y estaba escrito delante y detrás: y había escritas en él endechas, y lamentación, y ayes.

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Juan 18

28->
28
Y llevaron á Jesús de Caifás al pretorio: y era por la mañana: y ellos no entraron en el pretorio por no ser contaminados, sino que comiesen la pascua.
29
Entonces salió Pilato á ellos fuera, y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
30
Respondieron y dijéronle: Si éste no fuera malhechor, no te le habríamos entregado.
31
Díceles entonces Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los Judíos le dijeron: A nosotros no es lícito matar á nadie:
32
Para que se cumpliese el dicho de Jesús, que había dicho, dando á entender de qué muerte había de morir.
33
Así que, Pilato volvió á entrar en el pretorio, y llamó á Jesús, y díjole: ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
34
Respondióle Jesús: ¿Dices tú esto de ti mismo, ó te lo han dicho otros de mí?
35
Pilato respondió: ¿Soy yo Judío? Tu gente, y los pontífices, te han entregado á mí: ¿qué has hecho?
36
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado á los Judíos: ahora, pues, mi reino no es de aquí.
37
Díjole entonces Pilato: ¿Luego rey eres tu? Respondió Jesús: Tu dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio á la verdad. Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz.
38
Dícele Pilato: ¿Qué cosa es verdad? Y como hubo dicho esto, salió otra vez á los Judíos, y díceles: Yo no hallo en él ningún crimen.
39
Empero vosotros tenéis costumbre, que os suelte uno en la Pascua: ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los Judíos?
40
Entonces todos dieron voces otra vez, diciendo: No á éste, sino á Barrabás. Y Barrabás era ladrón.

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Juan 19

1-16
1
ASI que, entonces tomó Pilato á Jesús, y le azotó.
2
Y los soldados entretejieron de espinas una corona, y pusiéron la sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de grana
3
Y decían: ¡Salve, Rey de los Judíos! y dábanle de bofetadas.
4
Entonces Pilato salió otra vez fuera, y díjoles: He aquí, os le traigo fuera, para que entendáis que ningún crimen hallo en él.
5
Y salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. Y díceles Pilato: He aquí el hombre.
6
Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los servidores, dieron voces diciendo: Crucifícale, crucifícale. Díceles Pilato: Tomadle vosotros, y crucificadle porque yo no hallo en él crimen.
7
Respondiéronle los Judíos: Nosotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo Hijo de Dios.
8
Y como Pilato oyó esta palabra, tuvo más miedo.
9
Y entró otra vez en el pretorio, y dijo á Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dió respuesta.
10
Entonces dícele Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿no sabes que tengo potestad para crucificarte, y que tengo potestad para soltarte?
11
Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba: por tanto, el que á ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
12
Desde entonces procuraba Pilato soltarle mas los Judíos daban voces, diciendo: Si á éste sueltas, no eres amigo de César: cualquiera que se hace rey, á César contradice.
13
Entonces Pilato, oyendo este dicho, llevó fuera á Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que se dice Lithóstrotos, y en hebreo Gabbatha.
14
Y era la víspera de la Pascua, y como la hora de sexta. Entonces dijo á los Judíos: He aquí vuestro Rey.
15
Mas ellos dieron voces: Quita, quita, crucifícale. Díceles Pilato: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los pontífices: No tenemos rey sino á César.
16
Así que entonces lo entregó á ellos para que fuese crucificado. Y tomaron á Jesús, y le llevaron.

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