Haggeo 1Haggeo 2Apocalipsis 16Haggeo 1
1
EN el año segundo del rey Darío en el mes sexto, en el primer día del mes, fué palabra de Jehová, por mano del profeta Haggeo, á Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y á Josué hijo de Josadac, gran sacerdote, diciendo:
2
Jehová de los ejércitos habla así, diciendo: Este pueblo dice: No es aún venido el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.
3
Fué pues palabra de Jehová por mano del profeta Haggeo, diciendo:
4
¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de morar en vuestras casas enmaderadas, y esta casa está desierta?
5
Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pensad bien sobre vuestros caminos.
6
Sembráis mucho, y encerráis poco coméis, y no os hartáis bebéis, y no os saciáis os vestís, y no os calentáis y el que anda á jornal recibe su jornal en trapo horadado.
7
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.
8
Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa y pondré en ella, mi voluntad, y seré honrado, ha dicho Jehová.
9
Buscáis mucho, y halláis poco y encerráis en casa, y soplo en ello. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre á su propia casa.
10
Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.
11
Y llamé la sequedad sobre esta tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra produce, y sobre los hombres sobre y las bestias, y sobre todo trabajo de manos.
12
Y oyó Zorobabel hijo de Sealtiel, y Josué hijo de Josadac, gran sacerdote, y todo el demás pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del porfeta Haggeo, como lo había enviado Jehová el Dios de ellos y temió el pueblo delante de Jehová.
13
Entonces Haggeo, enviado de Jehová, habló por mandado de Jehová, al pueblo, diciendo: Yo soy con vosotros, dice Jehová.
14
Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, gran sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo y vinieron é hicieron obra en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios.
15
En el día veinte y cuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.
topoHaggeo 2
1
EN el mes séptimo, á los veinte y uno del mes, fué palabra de Jehová por mano del profeta Haggeo, diciendo:
2
Habla ahora á Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y á Josué hijo de Josadac, gran sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo:
3
¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su primera gloria, y cual ahora la veis? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?
4
Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová esfuérzate también Josué, hijo de Josadac, gran sacerdote y cobra ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y obrad: porque yo soy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.
5
Según el pacto que concerté con vosotros a vuestra salida de Egipto, así mi espíritu estará en medio de vosotros: no temáis.
6
Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí á poco aun haré yo temblar los cielos y la tierra, y la mar y la seca:
7
Y haré temblar á todas las gentes, y vendrá el Deseado de todas las gentes y henchiré esta casa de gloria, ha dicho Jehová de los ejércitos.
8
Mía es la plata, y mío el oro, dice Jehová de los ejércitos.
9
La gloria de aquesta casa postrera será mayor que la de la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.
10
A veinticuatro del noveno mes, en el segundo año de Darío, fué palabra de Jehová por mano del profeta Haggeo, diciendo:
11
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora á los sacerdotes acerca de la ley, diciendo:
12
Si llevare alguno las carnes sagradas en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare el pan, ó la vianda, ó el vino, ó el aceite, ú otra cualquier comida, ¿será santificado? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: No.
13
Y dijo Haggeo: Si un inmundo á causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de éstas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será.
14
Y respondió Haggeo y dijo: Así es este pueblo, y esta gente, delante de mí, dice Jehová y asimismo toda obra de sus manos y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.
15
Ahora pues, poned vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pusiesen piedra sobre piedra en el templo de Jehová,
16
Antes que fuesen estas cosas, venían al montón de veinte hanegas, y había diez venían al lagar para sacar cincuenta cántaros del lagar, y había veinte.
17
Os herí con viento solano, y con tizoncillo, y con granizo en toda obra de vuestras manos mas no os convertisteis á mí, dice Jehová.
18
Pues poned ahora vuestro corazón desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento al templo de Jehová poned vuestro corazón.
19
¿Aun no está la simiente en el granero? ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de la oliva ha todavía florecido: mas desde aqueste día daré bendición.
20
Y fué segunda vez palabra de Jehová á Haggeo, á los veinticuatro del mismo mes, diciendo:
21
Habla á Zorobabel, gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra
22
Y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza del reino de las gentes y trastornaré el carro, y los que en él suben y vendrán abajo los caballos, y los que en ellos montan, cada cual por la espada de su hermano.
23
En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel, hijo de Sealtiel, siervo mío, dice Jehová, y ponerte he como anillo de sellar: porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.
topoApocalipsis 16
1
Y OI una gran voz del templo, que decía á los siete ángeles: Id, y derramad las siete copas de la ira de Dios sobre la tierra.
2
Y fué el primero, y derramó su copa sobre la tierra y vino una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la señal de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen.
3
Y el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y se convirtió en sangre como de un muerto y toda alma viviente fué muerta en el mar.
4
Y el tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.
5
Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas:
6
Porque ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado á beber sangre pues lo merecen.
7
Y oí á otro del altar, que decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.
8
Y el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol y le fué dado quemar á los hombres con fuego.
9
Y los hombres se quemaron con el grande calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
10
Y el quinto ángel derramó su copa sobre la silla de la bestia y su reino se hizo tenebroso, y se mordían sus lenguas de dolor
11
Y blasfemaron del Dios del cielo por sus dolores, y por sus plagas, y no se arrepintieron de sus obras.
12
Y el sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates y el agua de él se secó, para que fuese preparado el camino de los reyes del Oriente.
13
Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos á manera de ranas:
14
Porque son espíritus de demonios, que hacen señales, para ir á los reyes de la tierra y de todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
15
He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
16
Y los congregó en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
17
Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire y salió una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho es.
18
Entonces fueron hechos relámpagos y voces y truenos y hubo un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no fué jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.
19
Y la ciudad grande fué partida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron y la grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira.
20
Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.
21
Y cayó del cielo sobre los hombres un grande granizo como del peso de un talento: y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo porque su plaga fué muy grande.
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