Saludaos los unos á los otros con ósculo santo. 2 Corintios 13.12
Leitura diária na versão Rayana Valera - Espanhol


Jeremias 38
Jeremias 39
Jeremias 40
Juan 13.1-30

Jeremias 38


1
Y OYO Sephatías hijo de Mathán, y Gedalías hijo de Pashur, y Jucal hijo de Selemías, y Pashur hijo de Melchías, las palabras que Jeremías hablaba á todo el pueblo, diciendo:
2
Así ha dicho Jehová: El que se quedare en esta ciudad morirá á cuchillo, ó de hambre, ó de pestilencia mas el que saliere á los Caldeos vivirá, pues su vida le será por despojo, y vivirá.
3
Así ha dicho Jehová: De cierto será entregada esta ciudad en mano del ejército del rey de Babilonia, y tomarála.
4
Y dijeron los príncipes al rey: Muera ahora este hombre porque de esta manera hace desmayar las manos de los hombres de guerra que han quedado en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, hablándoles tales palabras porque este hombre no busca la paz de este pueblo, sino el mal.
5
Y dijo el rey Sedechîas: Helo ahí, en vuestras manos está que el rey no podrá contra vosotros nada.
6
Entonces tomaron ellos á Jeremías, é hiciéronlo echar en la mazmorra de Malchîas hijo de Amelech, que estaba en el patio de la cárcel y metieron á Jeremías con sogas. Y en la mazmorra no había agua, sino cieno y hundióse Jeremías en el cieno.
7
Y oyendo Ebed-melec, hombre etiope, eunuco que estaba en casa del rey, que habían puesto á Jeremías en la mazmorra, y estando sentado el rey á la puerta de Benjamín,
8
Ebed-melec salió de la casa del rey, y habló al rey, diciendo:
9
Mi señor el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han hecho con Jeremías profeta, al cual hicieron echar en la mazmorra porque allí se morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad.
10
Entonces mandó el rey al mismo Ebed-melec Etiope, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y haz sacar á Jeremías profeta de la mazmorra, antes que muera.
11
Y tomó Ebed-melec en su poder hombres, y entró á la casa del rey al lugar debajo de la tesorería, y tomó de allí trapos viejos, traídos, viejos, y andrajosos, y echólos á Jeremías con sogas en la mazmorra.
12
Y dijo Ebed-melec Etiope á Jeremías: Pon ahora esos trapos viejos, traídos, y rotos, bajo los sobacos de tus brazos, debajo de las sogas. Y lo hizo así Jeremías.
13
De este modo sacaron á Jeremías con sogas, y subiéronlo de la mazmorra y quedó Jeremías en el patio de la cárcel.
14
Después envió el rey Sedechîas, é hizo traer á sí á Jeremías profeta á la tercera entrada que estaba en la casa de Jehová. Y dijo el rey á Jeremías: Pregúntote una palabra, no me encubras ninguna cosa.
15
Y Jeremías dijo á Sedechîas: Si te lo denunciare, ¿no es verdad que me matarás? y si te diere consejo, no has de escucharme.
16
Y juró el rey Sedechîas en secreto á Jeremías, diciendo: Vive Jehová que nos hizo esta alma, que no te mataré, ni te entregaré en mano de estos varones que buscan tu alma.
17
Entonces dijo Jeremías á Sedechîas: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si salieres luego á los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta á fuego y vivirás tú y tu casa:
18
Mas si no salieres á los príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los Caldeos, y la pondrán á fuego, y tú no escaparás de sus manos.
19
Y dijo el rey Sedechîas á Jeremías: Témome á causa de los Judíos que se han adherido á los Caldeos, que no me entreguen en sus manos y me escarnezcan.
20
Y dijo Jeremías: No te entregarán. Oye ahora la voz de Jehová que yo te hablo, y tendrás bien, y vivirá tu alma.
21
Mas si no quisieres salir, esta es la palabra que me ha mostrado Jehová:
22
Y he aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá, serán sacadas á los príncipes del rey de Babilonia y ellas mismas dirán: Te han engañado, y prevalecido contra ti tus amigos atollaron en el cieno tus pies, se volvieron atrás.
23
Sacarán pues, todas tus mujeres y tus hijos á los Caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás preso, y á esta ciudad quemará á fuego.
24
Y dijo Sedechîas á Jeremías: Nadie sepa estas palabras, y no morirás.
25
Y si los príncipes oyeren que yo he hablado contigo, y vinieren á ti y te dijeren: Decláranos ahora qué hablaste con el rey, no nos lo encubras, y no te mataremos asimismo qué te dijo el rey
26
Les dirás: Supliqué al rey que no me hiciese tornar á casa de Jonathán porque no me muriese allí.
27
Y vinieron luego todos los príncipes á Jeremías, y preguntáronle: y él les respondió conforme á todo lo que el rey le había mandado. Con esto se dejaron de él, porque el negocio no se había oído.
28
Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel hasta el día que fué tomada Jerusalem y allí estaba cuando Jerusalem fué tomada.

topo

Jeremias 39


1
EN el noveno año de Sedechîas rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalem, y cercáronla.
2
Y en el undécimo año de Sedechîas, en el mes cuarto, á los nueve del mes, fué rota la ciudad
3
Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y asentaron á la puerta del medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsechim, y Rabsaris, Nergal-sarezer, Rabmag, y todos los demás príncipes del rey de Babilonia.
4
Y fué que viéndolos Sedechîas, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron, y saliéronse de noche de la ciudad por el camino de la huerta del rey, por la puerta entre los dos muros: y salió el rey por el camino del desierto.
5
Mas el ejército de los Caldeos los siguió, y alcanzaron á Sedechîas en los llanos de Jericó y tomáronle, é hiciéronle subir á Nabucodonosor rey de Babilonia, á Ribla, en tierra de Hamath, y sentencióle.
6
Y degolló el rey de Babilonia los hijos de Sedechîas á su presencia en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia á todos los nobles de Judá.
7
Y sacó los ojos al rey Sedechîas, y aprisionóle con grillos para llevarle á Babilonia.
8
Y los Caldeos pusieron á fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalem.
9
Y el resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y los que se habían á él adherido, con todo el resto del pueblo que había quedado, trasportólos á Babilonia Nabuzaradán, capitán de la guardia.
10
Empero Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo quedar en tierra de Judá del vulgo de los pobres que no tenían nada, y dióles entonces viñas y heredades.
11
Y Nabucodonosor había ordenado á Nabuzaradán capitán de la guardia, acerca de Jeremías, diciendo:
12
Tómale, y mira por él, y no le hagas mal ninguno antes harás con él como él te dijere.
13
Envió por tanto Nabuzaradán capitán de la guardia, y Nabusazbán, Rabsaris, y Nergal-sarezer, y Rabmag, y todos los príncipes del rey de Babilonia
14
Enviaron entonces, y tomaron á Jeremías del patio de la cárcel, y entregáronlo á Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Saphán, para que lo sacase á casa: y vivió entre el pueblo.
15
Y había sido palabra de Jehová á Jeremías, estando preso en el patio de la cárcel, diciendo:
16
Ve, y habla á Ebed-melec Etiope, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí traigo yo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien y vendrán á ser en aquel día á presencia tuya.
17
Mas en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en mano de aquellos de quienes tú temes.
18
Porque ciertamente te libraré, y no caerás á cuchillo, sino que tu vida te será por despojo, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.

topo

Jeremias 40


1
PALABRA que fué á Jeremías de Jehová, después que Nabuzaradán capitán de la guardia le envió desde Ramá, cuando le tomó estando atado con esposas entre toda la transmigración de Jerusalem y de Judá que iban cautivos á Babilonia.
2
Tomó pues el capitán de la guardia á Jeremías, y díjole: Jehová tu Dios habló este mal contra este lugar
3
Y halo traído y hecho Jehová según que había dicho: porque pecasteis contra Jehová, y no oísteis su voz, por eso os ha venido esto.
4
Y ahora yo te he soltado hoy de las esposas que tenías en tus manos. Si te está bien venir conmigo á Babilonia, ven, y yo miraré por ti mas si no te está bien venir conmigo á Babilonia, déjalo: mira, toda la tierra está delante de ti ve á donde mejor y más cómodo te pareciere ir.
5
Y aun no se había él vuelto, cuando le dijo: Vuélvete á Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Saphán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo: ó ve á donde te pareciere más cómodo de ir. Y dióle el capitán de la guardia presentes y dones, y despidióle.
6
Fuése entonces Jeremías á Gedalías hijo de Ahicam, á Mizpa, y moró con él en medio del pueblo que había quedado en la tierra.
7
Y como oyeron todos los príncipes del ejército que estaba por el campo, ellos y sus hombres, que el rey de Babilonia había puesto á Gedalías hijo de Ahicam sobre la tierra, y que le había encomendado los hombres, y las mujeres, y los niños, y los pobres de la tierra, que no fueron trasportados á Babilonia
8
Vinieron luego á Gedalías en Mizpa, es á saber, Ismael hijo de Nethanías, y Johanán y Jonathán hijos de Carea, y Seraías hijo de Tanhumeth, y los hijos de Ephi Netophatita, y Jezanías hijo de Maachâti, ellos y su hombres.
9
Y juróles Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Saphán, á ellos y á sus hombres, diciendo: No tengáis temor de servir á los Caldeos: habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y tendréis bien.
10
Y he aquí que yo habito en Mizpa, para estar delante de los Caldeos que vendrán á nosotros mas vosotros, coged el vino, y el pan, y el aceite, y ponedlo en vuestros almacenes, y quedaos en vuestras ciudades que habéis tomado.
11
Asimismo todos los Judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Ammón, y en Edom, y los que estaban en todas las tierras, cuando oyeron decir como el rey de Babilonia había dejado algunos en la Judea, y que había puesto sobre ellos á Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Saphán,
12
Todos estos Judíos tornaron entonces de todas las partes adonde habían sido echados, y vinieron á tierra de Judá, á Gedalías en Mizpa y cogieron vino y muy muchos frutos.
13
Y Johanán, hijo de Carea, y todos los príncipes de la gente de guerra que estaban en el campo, vinieron á Gedalías en Mizpa,
14
Y dijéronle: ¿No sabes de cierto como Baalis, rey de los hijos de Ammón, ha enviado á Ismael hijo de Nethanías, para matarte? Mas Gedalías hijo de Ahicam no los creyó.
15
Entonces Johanán hijo de Carea habló á Gedalías en secreto, en Mizpa, diciendo: Yo iré ahora, y heriré á Ismael hijo de Nethanías, y hombre no lo sabrá: ¿por qué te ha de matar, y todos los Judíos que se han recogido á ti se derramarán, y perecerá el resto de Judá?
16
Pero Gedalías hijo de Ahicam dijo á Johanán hijo de Carea: No hagas esto, porque falso es lo que tú dices de Ismael.

topo

Juan 13

1-30
1
ANTES de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasase de este mundo al Padre, como había amado á los suyos que estaban en el mundo, amólos hasta el fin.
2
Y la cena acabada, como el diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, que le entregase,
3
Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y á Dios iba,
4
Levántase de la cena, y quítase su ropa, y tomando una toalla, ciñóse.
5
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó á lavar los pies de los discípulos, y á limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido.
6
Entonces vino á Simón Pedro y Pedro le dice: ¿Señor, tú me lavas los pies?
7
Respondió Jesús, y díjole: Lo que yo hago, tú no entiendes ahora mas lo entenderás después.
8
Dícele Pedro: No me lavarás los pies jamás. Respondióle Jesús: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
9
Dícele Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, mas aun las manos y la cabeza.
10
Dícele Jesús: El que está lavado, no necesita sino que lave los pies, mas está todo limpio: y vosotros limpios estáis, aunque no todos.
11
Porque sabía quién le había de entregar por eso dijo: No estáis limpios todos.
12
Así que, después que les hubo lavado los pies, y tomado su ropa, volviéndose á sentar á la mesa, díjoles: ¿Sabéis lo que os he hecho?
13
Vosotros me llamáis, Maestro, y, Señor: y decís bien porque lo soy.
14
Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos á los otros.
15
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
16
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el apóstol es mayor que el que le envió.
17
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis.
18
No hablo de todos vosotros: yo sé los que he elegido: mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.
19
Desde ahora os lo digo antes que se haga, para que cuando se hiciere, creáis que yo soy.
20
De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, á mí recibe y el que á mí recibe, recibe al que me envió.
21
Como hubo dicho Jesús esto, fué conmovido en el espíritu, y protestó, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.
22
Entonces los discípulos mirábanse los unos á los otros, dudando de quién decía.
23
Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado en el seno de Jesús.
24
A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquél de quien decía.
25
El entonces recostándose sobre el pecho de Jesús, dícele: Señor, ¿quién es?
26
Respondió Jesús: Aquél es, á quien yo diere el pan mojado. Y mojando el pan, diólo á Judas Iscariote, hijo de Simón.
27
Y tras el bocado Satanás entró en él. Entonces Jesús le dice: Lo que haces, haz lo más presto.
28
Mas ninguno de los que estaban á la mesa entendió á qué propósito le dijo esto.
29
Porque los unos pensaban, por que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta: ó, que diese algo á los pobres.
30
Como él pues hubo tomado el bocado, luego salió: y era ya noche.

topo
Participe da nossa comunidade
Facebook
Twitter