Éxodo 3Éxodo 4Éxodo 5Mateo 15.29-39Mateo 16.1-12Éxodo 3
1
Y APACENTANDO Moisés las ovejas de Jethro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas detrás del desierto, y vino á Horeb, monte de Dios.
2
Y apareciósele el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza: y él miró, y vió que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
3
Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora, y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.
4
Y viendo Jehová que iba á ver, llamólo Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
5
Y dijo: No te llegues acá: quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
6
Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar á Dios.
7
Y dijo Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor á causa de sus exactores pues tengo conocidas sus angustias:
8
Y he descendido para librarlos de mano de los Egipcios, y sacarlos de aquella tierra á una tierra buena y ancha, á tierra que fluye leche y miel, á los lugares del Cananeo, del Hetheo, del Amorrheo, del Pherezeo, del Heveo, y del Jebuseo.
9
El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los Egipcios los oprimen.
10
Ven por tanto ahora, y enviarte he á Faraón, para que saques á mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.
11
Entonces Moisés respondió á Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya á Faraón, y saque de Egipto á los hijos de Israel?
12
Y él le respondió: Ve, porque yo seré contigo y esto te será por señal de que yo te he enviado: luego que hubieres sacado este pueblo de Egipto, serviréis á Dios sobre este monte.
13
Y dijo Moisés á Dios: He aquí que llego yo á los hijos de Israel, y les digo, El Dios de vuestros padres me ha enviado á vosotros si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿qué les responderé?
14
Y respondió Dios á Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado á vosotros.
15
Y dijo más Dios á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado á vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos.
16
Ve, y junta los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, me apareció, diciendo: De cierto os he visitado, y visto lo que se os hace en Egipto
17
Y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto á la tierra del Cananeo, y del Hetheo, y del Amorrheo, y del Pherezeo, y del Heveo, y del Jebuseo, á una tierra que fluye leche y miel.
18
Y oirán tu voz é irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová, el Dios de los Hebreos, nos ha encontrado por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que sacrifiquemos á Jehová nuestro Dios.
19
Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte.
20
Empero yo extenderé mi mano, y heriré á Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.
21
Y yo daré á este pueblo gracia en los ojos de los Egipcios, para que cuando os partiereis, no salgáis vacíos:
22
Sino que demandará cada mujer á su vecina y á su huéspeda vasos de plata, vasos de oro, y vestidos: los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas, y despojaréis á Egipto.
topoÉxodo 4
1
ENTONCES Moisés respondió, y dijo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz porque dirán: No te ha aparecido Jehová.
2
Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.
3
Y él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y tornóse una culebra: y Moisés huía de ella.
4
Entonces dijo Jehová á Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y tomóla, y tornóse vara en su mano.
5
Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.
6
Y díjole más Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno y como la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.
7
Y dijo: Vuelve á meter tu mano en tu seno: y él volvió á meter su mano en su seno y volviéndola á sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.
8
Si aconteciere, que no te creyeren, ni obedecieren á la voz de la primera señal, creerán á la voz de la postrera.
9
Y si aún no creyeren á estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río, y derrámalas en tierra y volverse han aquellas aguas que tomarás del río, se volverán sangre en la tierra.
10
Entonces dijo Moisés á Jehová: ¡Ay Señor! yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas á tu siervo porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
11
Y Jehová le respondió: ¿Quién dió la boca al hombre? ¿ó quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿no soy yo Jehová?
12
Ahora pues, ve, que yo seré en tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
13
Y él dijo: ¡Ay Señor! envía por mano del que has de enviar.
14
Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo á tu hermano Aarón, Levita, y que él hablará? Y aun he aquí que él te saldrá á recibir, y en viéndote, se alegrará en su corazón.
15
Tú hablarás á él, y pondrás en su boca las palabras, y yo seré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
16
Y él hablará por ti al pueblo y él te será á ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
17
Y tomarás esta vara en tu mano, con la cual harás las señales.
18
Así se fué Moisés, y volviendo á su suegro Jethro, díjole: Iré ahora, y volveré á mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jethro dijo á Moisés: Ve en paz.
19
Dijo también Jehová á Moisés en Madián: Ve, y vuélvete á Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.
20
Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y púsolos sobre un asno, y volvióse á tierra de Egipto: tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.
21
Y dijo Jehová á Moisés: Cuando hubiereis vuelto á Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano: yo empero endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.
22
Y dirás á Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
23
Ya te he dicho que dejes ir á mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir: he aquí yo voy á matar á tu hijo, tu primogénito.
24
Y aconteció en el camino, que en una posada le salió al encuentro Jehová, y quiso matarlo.
25
Entonces Séphora cogió un afilado pedernal, y cortó el prepucio de su hijo, y echólo á sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre.
26
Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, á causa de la circuncisión.
27
Y Jehová dijo á Aarón: Ve á recibir á Moisés al desierto. Y él fue, y encontrólo en el monte de Dios, y besóle.
28
Entonces contó Moisés á Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales que le había dado.
29
Y fueron Moisés y Aarón, y juntaron todos los ancianos de los hijos de Israel:
30
Y habló Aarón todas las palabras que Jehová había dicho á Moisés, é hizo las señales delante de los ojos del pueblo.
31
Y el pueblo creyó: y oyendo que Jehová había visitado los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, inclináronse y adoraron.
topoÉxodo 5
1
DESPUÉS entraron Moisés y Aarón á Faraón, y le dijeron: Jehová, el Dios de Israel, dice así: Deja ir á mi pueblo á celebrarme fiesta en el desierto.
2
Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir á Israel? Yo no conozco á Jehová, ni tampoco dejaré ir á Israel.
3
Y ellos dijeron: El Dios de los Hebreos nos ha encontrado: iremos, pues, ahora camino de tres días por el desierto, y sacrificaremos á Jehová nuestro Dios porque no venga sobre nosotros con pestilencia ó con espada.
4
Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su obra? idos á vuestros cargos.
5
Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus cargos.
6
Y mandó Faraón aquel mismo día á los cuadrilleros del pueblo que le tenían á su cargo, y á sus gobernadores, diciendo:
7
De aquí adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como ayer y antes de ayer vayan ellos y recojan por sí mismos la paja:
8
Y habéis de ponerles la tarea del ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada porque están ociosos, y por eso levantan la voz diciendo: Vamos y sacrificaremos á nuestro Dios.
9
Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan á palabras de mentira.
10
Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus gobernadores, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os doy paja.
11
Id vosotros, y recoged paja donde la hallareis que nada se disminuirá de vuestra tarea.
12
Entonces el pueblo se derramó por toda la tierra de Egipto á coger rastrojo en lugar de paja.
13
Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea del día en su día, como cuando se os daba paja.
14
Y azotaban á los capataces de los hijos de Israel, que los cuadrilleros de Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes?
15
Y los capataces de los hijos de Israel vinieron á Faraón, y se quejaron á él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos?
16
No se da paja á tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y tu pueblo cae en falta.
17
Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y sacrifiquemos á Jehová.
18
Id pues ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de dar la tarea del ladrillo.
19
Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, habiéndoseles dicho: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.
20
Y encontrando á Moisés y á Aarón, que estaban á la vista de ellos cuando salían de Faraón,
21
Dijéronles: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue pues habéis hecho heder nuestro olor delante de Faraón y de sus siervos, dándoles el cuchillo en las manos para que nos maten.
22
Entonces Moisés se volvió á Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges á este pueblo? ¿para qué me enviaste?
23
Porque desde que yo vine á Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido á este pueblo y tú tampoco has librado á tu pueblo.
topoMateo 15
29-39
29
Y partido Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea: y subiendo al monte, se sentó allí.
30
Y llegaron á él muchas gentes, que tenían consigo cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos: y los echaron á los pies de Jesús, y los sanó:
31
De manera que se maravillaban las gentes, viendo hablar los mudos, los mancos sanos, andar los cojos, y ver los ciegos: y glorificaron al Dios de Israel.
32
Y Jesús llamando á sus discípulos, dijo: Tengo lástima de la gente, que ya hace tres días que perseveran conmigo, y no tienen qué comer y enviarlos ayunos no quiero, porque no desmayen en el camino.
33
Entonces sus discípulos le dicen: ¿Dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, que hartemos á tan gran compañía?
34
Y Jesús les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
35
Y mandó á las gentes que se recostasen sobre la tierra.
36
Y tomando los siete panes y los peces, haciendo gracias, partió y dió á sus discípulos y los discípulos á la gente.
37
Y comieron todos, y se hartaron: y alzaron lo que sobró de los pedazos, siete espuertas llenas.
38
Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin las mujeres y los niños.
39
Entonces, despedidas las gentes, subió en el barco: y vino á los términos de Magdalá.
topoMateo 16
1-12
1
Y LLEGANDOSE los Fariseos y los Saduceos para tentarle, le pedían que les mostrase señal del cielo.
2
Mas él respondiendo, les dijo: Cuando es la tarde del día, decís: Sereno porque el cielo tiene arreboles.
3
Y á la mañana: Hoy tempestad porque tiene arreboles el cielo triste. Hipócritas, que sabéis hacer diferencia en la faz del cielo ¿y en las señales de los tiempos no podéis?
4
La generación mala y adulterina demanda señal mas señal no le será dada, sino la señal de Jonás profeta. Y dejándolos, se fué.
5
Y viniendo sus discípulos de la otra parte del lago, se habían olvidado de tomar pan.
6
Y Jesús les dijo: Mirad, y guardaos de la levadura de los Fariseos y de los Saduceos.
7
Y ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no tomamos pan.
8
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tomasteis pan?
9
¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántos cestos alzasteis?
10
¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas espuertas tomasteis?
11
¿Cómo es que no entendéis que no por el pan os dije, que os guardaseis de la levadura de los Fariseos y de los Saduceos?
12
Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura de pan, sino de la doctrina de los Fariseos y de los Saduceos.
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