En paz me acostaré, y asimismo dormiré Porque solo tú, Jehová, me harás estar confiado. Salmo 4.8
Leitura diária na versão Rayana Valera - Español


Jeremias 52
Juan 16.17-33

Jeremias 52


1
ERA Sedechîas de edad de veintiún años cuando comenzó á reinar, y reinó once años en Jerusalem. Su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías, de Libna.
2
E hizo lo malo en los ojos de Jehová, conforme á todo lo que hizo Joacim.
3
Y á causa de la ira de Jehová contra Jerusalem y Judá, fué el llegar á echarlos de su presencia: y rebelóse Sedechîas contra el rey de Babilonia.
4
Aconteció por tanto á los nueve años de su reinado, en el mes décimo, á los diez días del mes, que vino Nabucodonosor rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalem, y contra ella asentaron campo, y de todas partes edificaron contra ella baluartes.
5
Y estuvo cercada la ciudad hasta el undécimo año del rey Sedechîas.
6
En el mes cuarto, á los nueve del mes, prevaleció el hambre en la ciudad, hasta no haber pan para el pueblo de la tierra.
7
Y fué entrada la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y saliéronse de la ciudad de noche por el camino de postigo de entre los dos muros, que había cerca del jardín del rey, y fuéronse por el camino del desierto, estando aún los Caldeos junto á la ciudad alrededor.
8
Y el ejército de los Caldeos siguió al rey, y alcanzaron á Sedechîas en los llanos de Jericó y esparcióse de él todo su ejército.
9
Entonces prendieron al rey, e hiciéronle venir al rey de Babilonia, á Ribla en tierra de Hamath, donde pronunció contra él sentencia.
10
Y degolló el rey de Babilonia á los hijos de Sedechîas delante de sus ojos, y también degolló á todos los príncipes de Judá en Ribla.
11
A Sedechîas empero sacó los ojos, y le aprisionó con grillos, é hízolo el rey de Babilonia llevar á Babilonia y púsolo en la casa de la cárcel hasta el día en que murió.
12
Y en el mes quinto, á los diez del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino á Jerusalem Nabuzaradán, capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia.
13
Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalem y abrasó con fuego todo grande edificio.
14
Y todo el ejército de los Caldeos, que venía con el capitán de la guardia, destruyó todos los muros de Jerusalem en derredor.
15
E hizo trasportar Nabuzaradán, capitán de la guardia, los pobres del pueblo, y toda la otra gente vulgar que en la ciudad habían quedado, y los fugitivos que se habían huído al rey de Babilonia, y todo el resto de la multitud vulgar.
16
Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para viñadores y labradores.
17
Y los Caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron todo el metal á Babilonia.
18
Lleváronse también los calderos, y los badiles, y los salterios, y las bacías, y los cazos, y todos los vasos de metal con que se servían.
19
Y las copas, é incensarios, y tazones, y ollas, y candeleros, y escudillas, y tazas: lo que de oro de oro, y lo que de plata de plata, se llevó el capitán de la guardia.
20
Las dos columnas, un mar, y doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que había hecho el rey Salomón en la casa de Jehová: no se podía pesar el metal de todos estos vasos.
21
Cuanto á las columnas, la altura de la columna era de dieciocho codos, y un hilo de doce codos la rodeaba: y su grueso era de cuatro dedos, y hueca.
22
Y el capitel de bronce que había sobre ella, era de altura de cinco codos, con una red y granadas en el capitel alrededor, todo de bronce y lo mismo era lo de la segunda columna con sus granadas.
23
Había noventa y seis granadas en cada orden: todas ellas eran ciento sobre la red alrededor.
24
Tomó también el capitán de la guardia á Seraías principal sacerdote, y á Sophonías segundo sacerdote, y tres guardas del atrio.
25
Y de la ciudad tomó un eunuco que era capitán sobre los hombres de guerra, y siete hombres de los continuos del rey, que se hallaron en al ciudad y al principal secretario de la milicia, que revistaba el pueblo de la tierra para la guerra y sesenta hombres del vulgo del país, que se hallaron dentro de la ciudad.
26
Tomólos pues Nabuzaradán, capitán de la guardia, y llevólos al rey de Babilonia á Ribla.
27
Y el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra de Hamath. Así fué Judá trasportado de su tierra.
28
Este es el pueblo que Nabucodonosor hizo trasportar: En el año séptimo, tres mil veintitrés Judíos:
29
En el año dieciocho hizo Nabudonosor, trasportar de Jerusalem ochocientas treinta y dos personas:
30
El año veintitrés de Nabucodonosor, trasportó Nabuzaradán capitán de la guardia, setecientas cuarenta y cinco personas de los Judíos: todas las personas fueron cuatro mil seiscientas.
31
Y acaeció que en el año treinta y siete de la cautividad de Joachîn rey de Judá, en el mes duodécimo, á los veinticinco del mes, Evil-merodach, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joachîn rey de Judá y sacólo de la casa de la cárcel
32
Y habló con él amigablemente, é hizo poner su silla sobre las sillas de los reyes que estaban con él en Babilonia.
33
Hízole mudar también los vestidos de su prisión, y comía pan delante de él siempre todos los días de su vida.
34
Y continuamente se le daba ración por el rey de Babilonia, cada cosa en su día por todos los de su vida, hasta el día de su muerte.

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Juan 16

17-33
17
Entonces dijeron algunos de sus discípulos unos á otros: ¿Qué es esto que nos dice: Un poquito, y no me veréis y otra vez un poquito, y me veréis: y, por que yo voy al Padre?
18
Decían pues: ¿Qué es esto que dice: Un poquito? No entendemos lo que habla.
19
Y conoció Jesús que le querían preguntar, y díjoles: ¿Preguntáis entre vosotros de esto que dije: Un poquito, y no me veréis, y otra vez un poquito, y me veréis?
20
De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará: empero aunque vosotros estaréis tristes, vuestra tristeza se tornará en gozo.
21
La mujer cuando pare, tiene dolor, porque es venida su hora mas después que ha parido un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
22
También, pues, vosotros ahora ciertamente tenéis tristeza mas otra vez os veré, y se gozará vuestro corazón, y nadie quitará de vosotros vuestro gozo.
23
Y aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
24
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
25
Estas cosas os he hablado en proverbios: la hora viene cuando ya no os hablaré por proverbios, pero claramente os anunciaré del Padre.
26
Aquel día pediréis en mi nombre: y no os digo, que yo rogaré al Padre por vosotros
27
Pues el mismo Padre os ama, porque vosotros me amasteis, y habéis creído que yo salí de Dios.
28
Salí del Padre, y he venido al mundo: otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.
29
Dícenle sus discípulos: He aquí, ahora hablas claramente, y ningún proverbio dices.
30
Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte: en esto creemos que has salido de Dios.
31
Respondióles Jesús: ¿Ahora creéis?
32
He aquí, la hora viene, y ha venido, que seréis esparcidos cada uno por su parte, y me dejaréis solo: mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
33
Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo.

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