Blessed is he that readeth, and they that hear the words of the prophecy, and keep the things that are written therein: for the time is at hand. Revelation 1.3.
Y vino á mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la esposa, mujer del Cordero.
10
Y llevóme en Espíritu á un grande y alto monte, y me mostró la grande ciudad santa de Jerusalem, que descendía del cielo de Dios,
11
Teniendo la claridad de Dios: y su luz era semejante á una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal.
12
Y tenía un muro grande y alto con doce puertas y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.
13
Al oriente tres puertas al norte tres puertas al mediodiá tres puertas al poniente tres puertas.
14
Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15
Y el que hablaba conmigo, tenía una medida de una caña de oro para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.
16
Y la ciudad está situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su anchura: y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios: la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.
17
Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es del ángel.
18
Y el material de su muro era de jaspe: mas la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio.
19
Y los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe el segundo, zafiro el tercero, calcedonia el cuarto, esmeralda
20
El quinto, sardónica el sexto, sardio el séptimo, crisólito el octavo, berilo el nono, topacio el décimo, crisopraso el undécimo, jacinto el duodécimo, amatista.
21
Y las doce puertas eran doce perlas, en cada una, una cada puerta era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio trasparente.
22
Y no vi en ella templo porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
23
Y la ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella: porque la claridad de Dios la iluminó, y el Cordero era su lumbrera.
24
Y las naciones que hubieren sido salvas andarán en la lumbre de ella: y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor á ella
25
Y sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche.
26
Y llevarán la gloria y la honra de las naciones á ella.
27
No entrará en ella ninguna cosa sucia, ó que hace abominación y mentira sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.